Los ritos y la sabiduría popular nos hablan en “La Noche de San Juan”, que estamos en un tiempo de soltar, de decir adiós a todo aquello que ya no nos sirve.

Tenemos que crear espacios externos e internos para que pueda entrar lo que en verdad necesitamos en estos momentos de nuestras vidas.

Todos sabemos lo difícil que es desprendernos de nuestras posesiones e igual de difícil es alejarse de relaciones que ya no funcionan, e incluso limitan nuestro crecimiento personal.

Soltar viejas estructuras psicológicas que nos acompañaron durante mucho tiempo duele, pero sostener lo insostenible duele mucho más.

Necesitamos “Eliminar para Iluminar”. Tenemos que ver nuestra interioridad como un enorme espacio de luz, que vamos llenando con pensamientos, deseos, sentimientos, ilusiones, miedos, que nos van llevando a construir nuestro camino.

En este momento de evaluación es necesario eliminar todo lo que ya sabemos que no nos permite ser la persona que queremos ser.

No es un impulso, no es algo que decretamos. Es un proceso, a través del cual también vamos construyendo nuevas estructuras internas más adecuadas a quienes somos ahora.

Este proceso ayuda a ir tomando conciencia de quienes somos ahora y que acciones debemos tomar para lograr la eliminación que ilumine nuestra nueva senda.